¿Cómo has vivido en primera línea la evolución de la tecnología durante estos 22 años en el góTICo?
¡Te diría que ha sido una evolución total! Cuando instalamos el primer punto Òmnia, en el centro abierto de Tàrrega, era un espacio innovador de tecnología. Visto con perspectiva el equipamiento no era nada del otro mundo, pero en ese momento era único en nuestro contexto local. Hoy en día la mayoría de las actividades que realizamos en el góTICo las realizamos sobre una mesa vacía, los dispositivos han pasado en un segundo plano. La mayor revolución que estamos practicando es aprender tecnología dejándola de lado, centrándonos en el papel y en este acompañamiento a las personas.
¿Su público también ha cambiado en los años?
En sus inicios estábamos en el centro abierto de la ciudad ofreciendo actividades para colectivos provenientes de servicios sociales y estaban centradas en la mejora de la empleabilidad. A principios de 2006 se abre el recurso a todo el mundo y contribuimos a naturalizar ese espacio que hasta ese momento era utilizado por personas con riesgo de exclusión social. Es entonces cuando tenemos un gran éxito, sobre todo porque sólo había un espacio como aquel en Tàrrega y en Urgell. Venían usuarias de la escuela de adultos, de los espacios educativos no formales, entidades, recursos sociales, ocupacionales, etc. Al margen de las actividades propias también hacíamos cesión de espacio y coliderábamos. Se creó una dinámica muy interesante, tanto... ¡que murimos de éxito! No podíamos asumir mayor demanda. A finales de ese año nos trasladamos donde estamos ahora y se aprovechó el traslado para apostar por un nombre propio (por góTICo, que significa «go» ir en inglés y «TIC» Telecomunicaciones) para aumentar el número de ordenadores y personal y coincidió con la consolidación de la Red Punt TIC.
Los cambios económicos y sociales están ahora estrechamente relacionados con las necesidades digitales. ¿Cómo se ha adaptado el góTICo?
Precisamente, en 2008 vino la crisis económica y seguidamente una nueva definición del Punt TIC. En 2012 estábamos haciendo un nuevo diagnóstico de nuestro entorno: si en 2001 éramos el único espacio público y gratuito que ofrecía este acceso a las nuevas tecnologías, diez años más tarde, la oferta era más amplia y ya existían otros recursos que hacían lo mismo que nosotros. A raíz de la disminución de recursos replanteamos el góTICo y concluimos que quizás en vez de centrarnos en unas tecnologías costosas - que en ese momento no podíamos dotarnos - apostamos por buscar la manera de implicar a la ciudadanía llevando el suyo propio dispositivo (ordenador, móvil...) y también para empezar a hablar de tecnologías móviles y de ciudadanía digital, como utilizar la tecnología de forma positiva y segura.
«Tenemos brechas en nuestra ciudad digital que incapacitan a que personas por edad o por discapacidad podamos utilizarlo con normalidad»
¿Qué brechas digitales has detectado en su zona de acción?
Hay tantas brechas como personas. Pero hemos identificado tres: de acceso, uso y accesibilidad, que a mí me afecta personalmente. De la misma forma que cuando vamos por la calle nos encontramos con barreras, tenemos brechas en nuestra ciudad digital que incapacitan a que personas por edad o por discapacidad podamos utilizarlo con normalidad.
Las personas mayores viven con miedo e incertidumbre los avances tecnológicos y cada vez tienen la sensación de que están en un territorio que no es el suyo y les conlleva problemas, riesgos y amenazas. Desde el góTIC trabajamos con las brechas de uso y accesibilidad sin olvidar la rural, la de género, etc.
¿Cómo llegas al público dado que es un usuario poco digitalizado?
Antes era un público que nos venía derivado, pero claro 22 años después esto ha cambiado. Ahora tenemos alfabetización digital y educación digital en la mayoría de centros educativos y nos hemos centrado en personas mayores y con discapacidad y diversidad funcional.
Lo que me preocupa gravemente es que me cuesta llegar a ciertas personas que viven en los márgenes de nuestra ciudad o que han decidido libremente vivir en estos márgenes, muchas veces porque carecen de esta competencia social y tecnológica. Justo hoy una persona que vive a 300 metros del góTICo se ha acercado para decirme que durante todos estos años había visto los carteles, pero hasta ahora no había entendido lo que hacíamos aquí. Aunque participo en un programa semanal en la radio local, escribo en diferentes medios de comunicación sobre temas de educación digital y tecnología, hacemos difusión por cartelería local, tenemos toda una red de aliados y de personas que nos ayudan a difundir las actividades que hacemos aquí en el góTICo, siguen existiendo estas personas.
Ahora con el buen tiempo quiero recuperar los paseos por la calle para utilizar el móvil y así ser más visible. Esto hará que se acerquen si no me conocen o hablen del góTICo, si ya me identifican.
«Desde el góTICo procuramos escuchar mucho. En el acompañamiento estamos atentas y en nuestras asambleas periódicas»
Supongo que tener una variedad de actividades es un buen anzuelo para atraer a las usuarias...
A veces organizamos una actividad que consideramos que cualquier ciudadano debería ser competente en ese ámbito y pinchemos. Por el contrario, las que ofrecemos porque nos toca, tienen alta demanda y debemos programar nuevas ediciones. Lo que intentamos hacer nosotros desde el góTICo es escuchar mucho. En el acompañamiento tenemos las orejas atentas y también en los microespacios, en nuestras asambleas periódicas. Aquí invitamos a venir a las personas que han participado en el góTICo para compartir su experiencia y esto nos permite validar si las expectativas se han cumplido y también podemos detectar nuevas necesidades o intereses.
«Si en 2001 querían aprender a manejar el ordenador, en 2023 quieren conocer más sobre el móvil»
¿Y cuáles son las actividades más demandadas?
Si en 2001 querían aprender a manejar el ordenador, en 2023 quieren conocer más sobre el móvil. Los usuarios desean hacer un uso más social y lúdico de unas aplicaciones concretas. Una vez entienden este ecosistema de aplicaciones, aparece la inquietud por la seguridad y la privacidad, por ejemplo cómo hago una compra segura, cómo protejo mi identidad digital... y ya es como una ola expansiva de necesidades.
¿Qué es lo que más valoras de tu labor de dinamizador?
Las personas. Me han ayudado a ser quien soy a través de toda esa historia compartida del día a día. En las asambleas hacemos una dinámica de presentación y hay personas que dicen «yo hace 17 años que vengo al góTICo» y en ese momento te das cuenta de que durante aquellos años pasas por la vida de esa persona y ella por la tuya. También estoy agradecido a los responsables políticos que aunque los cambios de mandato han defendido a capa y espada lo que estamos haciendo aquí y han apostado con recursos en momentos económicos difíciles porque han creído profundamente en la aportación social otorgándole reconocimiento.