En las puertas del Black Friday y de la Navidad, las cooperativas Opcions y L'Apòstrof comparten estrategias y recomendaciones para consumir y satisfacer las necesidades teniendo en cuenta el impacto.

«El consumo consciente es satisfacer nuestras necesidades teniendo en cuenta el impacto de ese consumir. Si practicamos el consumo consciente, debemos intentar que este impacto sea lo menos negativo posible para las personas y para el territorio», afirma Joana Ariet de la cooperativa Opcions . En todos los casos, la primera recomendación consiste en reflexionar y valorar la necesidad concreta. «Muchas veces lo que nos ocurre en épocas de Black Friday o de rebajas es que nos vemos seducidas por estos descuentos y sin quererlo se nos está creando una necesidad de lo tan rebajado. También, en Navidad, son muchas las estrategias que podemos aplicar para no tener que comprar, para no acceder al mercado», manifiesta Ariet. «Podemos optar por el intercambio y en muchos casos, sobre todo en temas electrónicos y tecnológicos, por la reparación del producto. Hay muchas posibilidades para hacerlo como los talleres de reparación que se impulsan desde muchos municipios y entidades», añade Ariet.

«Una ecoweb es una página que prioriza minimizar su impacto ambiental. Hasta ahora, se han tenido en cuenta aspectos diversos en el momento de realizar una página web como, por ejemplo, el número de visitas, el diseño, las interacciones o la usabilidad, pero creemos que prácticamente nunca se ha tenido en cuenta el su impacto ambiental», explica Martí Lázaro de la cooperativa El Apóstrofe . De mano de la cooperativa Jamgo , han presentado recientemente un proyecto que busca sensibilizar a la ciudadanía en torno al impacto ambiental que se genera desde el mundo digital. «Hay muchas formas de hacerle frente desde las páginas web, pero también desde las redes sociales, desde los correos electrónicos, desde las retransmisiones en directo o desde las herramientas de inteligencia artificial. Sin embargo, la principal recomendación es ser consciente de ello. Saber que el mundo digital tiene un consumo muy alto en el ámbito medioambiental y que hay que intentar minimizar al máximo las acciones», concluye Lázaro.